Algo habrán hecho
En el año 1976, yo debía estar por cumplir mis doce años de edad; una mañana mi hermana y yo nos levantamos temprano para ir a la escuela. Mi padre debía estar trabajando, no se hallaba en la casa, y mi madre debía encontrarse levemente indispuesta, pues permanecía en la cama, siendo que siempre era ella quien nos preparaba el desayuno. Pero esa vez no, esa vez nosotros lo hicimos. Nos hallábamos entonces con nuestros guardapolvos escolares puestos, prestos a salir a la calle, cuando de pronto, al abrir la puerta de entrada a la casa, nos topamos con un soldado allí apostado, con su uniforme y su fusil preparado. “Vayan adentro”, nos dijo secamente, metiéndonos de vuelta adentro y cerrando nuevamente la puerta. A la vez que íbamos hasta el dormitorio de mi madre, a avisarle, ya se oían pasos sobre el techo de nuestra casa, lo que hacía que ella estuviera ya también levantándose de la cama. La ventana de aquella habitación daba a nuestro patio, en el fondo del terreno, y los tres nos...