La extraña relación entre la música y la electricidad


Desde que el hombre aprendió a manipularla, la electricidad cambió la realidad musical y con ello nuestras pautas culturales y costumbres.


En su libro El Odio a la Música, Pascal Quignard reflexiona acerca de los cambios sufridos por la música, desde la invención del sistema de tendido eléctrico.
Con la aparición de la radiofonía, el auditorio ya no necesitó trasladarse a un teatro para oír música, y con la popularización de los primeros registros sonoros ya el oyente podía elegir cuándo escuchar una pieza preferida, en el momento y cuantas veces quisiera.

 

La duración de la música

 

La aparición del registro sonoro, el disco de pasta primero, el de vinilo después, aparejó por los límites de su capacidad de contención una determinada durabilidad del desarrollo musical.
Mientras la música no podía ser escuchada sino en conciertos, las sinfonías eran las formas más desarrolladas en duración de tiempo, y cabe preguntarse, al momento de componer, qué hacía decidir al autor cuánto duraría su obra. El músico sabía que su obra sería ejecutada en teatros; la gente debería trasladarse hasta allí para oírla, en épocas en que si bien la ciudades eran mucho más pequeñas no existían medios de locomoción rápidos, al menos hasta la aparición del automóvil.
Luego del concierto, la gente debía ir a cenar, o regresar a casa para levantarse temprano al otro día, e ir a trabajar. Esto el compositor lo sabía, no podía robarles más tiempo a sus oyentes del que por sentido común disponían.
Ejemplo de esto es que las sinfonías de Beethoven duran en promedio treinta y cinco minutos (caben dos en cada disco compacto, que tienen una capacidad de 75 minutos, con excepción de la Novena Sinfonía, algo más larga, que en el disco suele ir acompañada por la Obertura Egmont, para completar el disco).
Una ventaja rotunda de la grabación de música es que a partir de ella los intérpretes pudieron empezar a saber cómo los autores interpretaban su propia música, ya que hasta entonces no contaban con más que con las partituras, a sabiendas de que estos registros escritos jamás pueden reflejar cien por ciento la realidad de un hecho musical.

 

La masificación de la música popular

 

La aparición de la radio y del disco supone la masificación de la música popular, de las canciones, que aun antes de estos inventos jamás tuvieron la duración de la así llamada música culta.
El medio masivo supone la cantidad en desmedro incluso de la calidad. No parece ser lo mismo que un disco contenga veinte canciones que cuatro, ni que una radio difunda a cincuenta cantantes por día que a cinco.
Las editoriales discográficas empezarían a preferir la publicación de autores populares, creadores de canciones, antes que a compositores de obras largamente elaboradas.
Solo a mediados de los años ’70, del siglo pasado, y con la aparición del “microsurco”, que lleva la capacidad de un disco de vinilo, de 45 minutos a 60, algunos músicos, más que nada, de rock sinfónico, se atreven a llevar sus composiciones hasta los veinte minutos de duración o más, pero más también como un acto de rebeldía hacia las emisoras radiales, que prefieren emitir piezas cortas y de gran pegada; es el nacimiento del hit.

 

El sonido eléctrico y el electrónico

 

Otro aporte que le hace la electricidad, y luego la electrónica, a la música, es la aparición primero del sonido eléctrico, a través de la guitarra eléctrica, y luego del electrónico, por medio de los sintetizadores de teclado.
Se dice que a la guitarra eléctrica la creó un anónimo, que adaptó la mecánica de un tocadiscos a su guitarra convencional, queriendo amplificar su sonido.
Oficialmente, hay polémicas acerca de quién inventó la guitarra eléctrica, si fue Leo Fender o Adolph Rickenbaker, en 1931. Luego nacerían los pedales de efectos, primero eléctricos, luego electrónicos, y el uso que le dio Jimi Hendrix a la guitarra eléctrica, incluso sin hacer uso de pedales, supuso todo un avance en la creación de nuevos matices de sonido.
El principio del sintetizador electrónico -otro caso- fue creado por Robert Moog, que se puso a adaptar osciladores a un piano eléctrico, estimulado por los músicos de rock que bramaban deseosos de nuevos sonidos.

 

Los cambios de paradigma a vistas de futuro

 

Con la aparición de la computadora e Internet, la digitalización del sonido y el mejoramiento en calidad de formatos comprimidos, tales como el mp3, los contenedores de música tradicionales, discos de vinilo y compactos, y cintas magnetofónicas, tienden a desaparecer.
A los músicos empieza a no serles negocio el vender su música envasada, y ahora vuelven, como hace ya un par de siglos, a los conciertos y recitales, por lo menos a poner más empeño en estos, en desmedro de las grabaciones.
La “piratería” de música grabada contribuye a que el músico busque afirmarse sobre sus apariciones públicas, todo lo cual también transforma las pautas culturales y de costumbres de nuestra sociedad.

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