El Cuarto Camino y la enseñanza de G. I. Gurdjieff

Los fundamentos de la enseñanza de Gurdjieff, no se ajustan del todo con las actitudes del grupo del Cuarto Camino; aquí, algunas de sus diferencias.


En primer lugar, se debe entender que nada de lo que consiste la enseñanza de Gurdjieff, fue ideado, creado, diseñado de modo alguno por él mismo, sino que su labor fue la de integrar los elementos de conocimiento y sabiduría milenarias, fragmentarios, casi perdidos, que fue recogiendo de sus expediciones por la India, el Tíbet, y otras partes del Asia Central. No por nada su principal discípulo, Piotr D. Ouspensky habla de “fragmentos de una enseñanza desconocida”, al tratar de la enseñanza de Gurdjieff, de lo que se deduce no puede decirse que no falten elementos integrantes de esa enseñanza, quizás ya perdidos para siempre.
En algún momento Gurdjieff habló de su disciplina como de “el cuarto camino”, pero nunca con la intención de volver la frase una “marca registrada”, como luego de su muerte sí lo hicieron sus seguidores de Estados Unidos.
Lo de “cuarto camino”, dicho por Gurdjieff, viene a cuento de que tres son los caminos iniciáticos tradicionales, históricamente hablando; estos son, el del faquir (búsqueda de la verdad objetiva a través de lo físico); el del monje (la misma búsqueda, a través de lo emocional) y el del yogui (a través de lo intelectual).
Gurdjieff entendió que esos tres caminos podían ser muy de la naturaleza del mundo oriental, pero no así del occidental, por lo que buscó, precisamente, aquella integración antes referida, la de los tres caminos iniciáticos tradicionales, en uno solo y nuevo, el así llamado cuarto camino.

Fundamentos de la enseñanza de Gurdjieff

 

Georgi Gurdjieff integró y estableció un sistema para el desarrollo armónico del ser, sobre la base de los siguientes pilares:
  • Tal como nace, el hombre es una máquina "tricéntrica"; posee un centro intelectual, un centro emocional, y un centro físico (físico, sexual e instintivo), absolutamente independientes unos de otros.
  • A causa de tal independencia, la máquina humana no funciona como corresponde, y la consecuencia es que el hombre vive dormido, inconsciente y sin poder pensar; vive en una semivigilia. Alegoriza la situación del hombre con el símbolo de un carruaje (cuerpo) en mal estado, atado a caballos sin domar (emociones), conducido por un cochero borracho (yo consciente), que debe conducir a lo que es nuestro yo real.
  • A lo que llamamos “yo” es nuestro “yo consciente”, pero lo que realmente somos es el “yo real”, con el que tenemos un escaso contacto, de tipo inconsciente.
  • Todo en el universo vive a causa de una energía a la que él llama “hidrógeno”, en diferentes gradaciones de calidad. La gradación más fina a la que el hombre puede aspirar es el Hidrógeno 1 (H1) con lo que se nutre el sol de nuestro sistema solar. Normalmente, el hombre piensa con H48, siente con H24, y su centro físico funciona con H12. Existe una Tabla de Hidrógenos, similar a la tabla de elementos de Química.
  • Todo en el universo se somete a leyes físicas.
  • Todo en el universo se relaciona por vibraciones.
  • Ley de 3: todas las cosas concretas o abstractas existen gracias a tres partes que las componen, una positiva, una negativa y una neutra (pero cualquier polaridad de un fenómeno o cosa puede intervenir como otra polaridad en cualquier otro fenómeno o cosa).
  • Ley de 7: todo en el universo evoluciona o involuciona como lo hace el sonido, de manera ascendente o descendente, en la escala musical.
  • El Eneagrama: es un esquema, un dibujo, un mandala, por el cual puede explicarse la existencia, evolución o involución de absolutamente todas las cosas. Su origen es remoto y hay gente que dedica su vida al estudio de su empleo.

 

El Cuarto Camino

 

Cuando Gurdjieff formó en Estados Unidos los grupos análogos a los que tenía en Francia, del Instituto para el Desarrollo Armónico del Hombre, en 1924, dejó a cargo de estos grupos a Alfred Orage, un por entonces célebre literato inglés, que había dirigido antes de la guerra una revista de bastante prestigio, The New Age.
Al regresar a Estados Unidos, en 1933, Gurdjieff estuvo a punto de deshacer esos grupos, pues los encontró completamente apartados de sus directivas. Un particular afecto por Orage, o algún compromiso de otra índole con él le habrían hecho desistir.
Hoy, el Cuarto Camino tiene los derechos de todas las obras de Gurdjieff, tanto literarias como musicales, y más que nada se ocupa del merchandising que sigue representando la figura de Georgi Gurdjieff.

Gurdjieff, un hombre polémico

 

René Guénon habló pestes de Gurdjieff, toda vez que pudo, y un tal Louis Pauwels escribió un volumen bastante grueso (titulado, simplemente, Gurdjieff) nada más que para denostarlo.
Hay una amplia literatura también, que lo pondera, entre la que se destacan los libros de sus discípulos: Fragmentos de una Enseñanza Desconocida y El Cuarto Camino, de P. D. Ouspensky: los Comentarios Psicológicos sobre la Enseñanza de Gurdjieff y Ouspensky (cinco tomos), y Nuestra Vida con Gurdjieff, de Thomas de Hartmann.
Entre las personas ilustres que se relacionaron con Gurdjieff se hallan: Aldous Huxley, Boris Vian, Keyserling, Arthur Koestler, Katherine Mansfield, René Daumal, Pierre Schaeffer, René Barjavel, Paul Serant, H. G. Wells, Rudyar Kipling y Denis Saurat, entre otros.

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