El cine americano durante la Segunda Guerra Mundial


El cine de Hollywood fue de capital importancia, tanto para la entrada como para la permanencia de Estados Unidos en la guerra.


Cuando los países pasan por épocas económicas difíciles, probado está que la forma más fácil de resolver el problema es entrar rápidamente en el negocio de la guerra.
Nunca falta quien dé motivo para ello, en este caso lo fue Hitler, y durante el crash de los años ’30, que particularmente afectó a Estados Unidos, también los países de Europa se hallaban empobrecidos, o al menos afectados por la gran crisis mundial.
En este sentido, la cinematografía es una industria como cualquier otra, que también podía beneficiarse de la contienda.
Incluso mucho antes del ataque a Pearl Harbour, en la sociedad estadounidense se advertían ya los preparativos para la entrada en guerra.
En el cine comenzaron a notarse los mensajes que alentaban al reclutamiento, así como las ofensivas antinazis en sus argumentos. Incluso se llegó a acusar a la industria de empujar al país a la guerra, y hasta se llegó a formar una Comisión Investigadora por tal motivo, la que fue deshecha luego del ataque japonés a la base militar antedicha.
Los estudios entonces pusieron mayor énfasis en sus intenciones, aportando instalaciones y equipos para la realización de documentales de propaganda, y poniendo a sus estrellas a disposición de giras a beneficio de la guerra, o de actuación para diversión de los soldados.

 

La situación de Hollywood antes de la Segunda Guerra Mundial

 

Desde 1939 – Estados Unidos no entraría en guerra sino hasta 1941 – la depresión económica había hecho estragos en la industria. Se había perdido el control del mercado europeo, ahora regulado por Hitler, lo que supuso una reducción de la producción de un 25 %, en los últimos tres años.

 

Actores famosos alistados como voluntarios en la Segunda Guerra Mundial

 

Douglas Fairbanks Jr., Clark Gable, James Stewart, Tyrone Power, Robert Taylor, fueron algunos de los actores que decidieron ir al frente de batalla.
Incluso el director John Ford se vio movilizado como Teniente de Marina, por lo que realizó dos documentales, The Battle of Midway y We Sail at Midnight.

 

Sugerencias del Gobierno norteamericano para la producción de películas

 

Entonces el Ministerio de Guerra envía una circular a los estudios, con las siguientes sugerencias respecto de las temáticas a abordar en los próximos films.
  • Causas de la guerra: motivos de la lucha, defensa del estilo de vida americano.
  • Naturaleza del enemigo: ideología, principios y métodos.
  • Los aliados.
  • Los suministros para la victoria.
  • Responsabilidad y sacrificios ciudadanos.
  • Combatientes, tareas del hombre en el frente de batalla.
Y así fue que estos serían los principales rasgos de todo el cine que iba a producirse durante esta época.
El gobierno comenzó a entender que el cine era un buen instrumento para sostener la moral pública, y lo cierto es que más que nunca durante esos años la gente concurrió al cine, en busca de distracción de la tensión cotidiana, o para afirmar sus sentimientos patrióticos, de cara a la guerra.

 

Películas de la época de la Segunda Guerra Mundial

 

Mrs. Miniver (1942), de William Wyler (última película que el director realizara, antes de reclutarse él mismo), fue una adaptación de una película inglesa, que narraba sobre la vida cotidiana de los campesinos durante la guerra, con gran cuota de sentimentalismo y melodrama; se llevó una gran cantidad de estatuillas en la siguiente entrega de Premios Oscar.
Realizada por la MGM (Metro Goldwin Mayer), siguiendo con el éxito de la anterior y con el mismo equipo, se filmó Random Harvest, el mismo año, narrando la historia de una estrella de variedades que se casa con un oficial amnésico, una víctima de la guerra; el amor como “recompensa” por el esfuerzo patriótico.
En The White Cliffs of Dover (1944), de Clarence Brown, que para nada hace referencia a la canción, también se narra la historia de un idilio amoroso, encapsulado en escenas de bombardeos. Una historia de amor que atraviesa las balas mientras todos los demás mueren.
En Dragon Seed (1944), de Jack Conway, aparece Katharine Hepburn, haciendo de campesina china, la que consigue liquidar a toda una guarnición japonesa, envenenando la salsa de pato que les sirve de cena; típica película de superheroísmo aliado, ante un enemigo siempre torpe.

 

Cine de entretenimiento en la década del '40

 

De otro modo, también se puso énfasis en la realización de un cine de entretenimiento, completamente escapista, dirigido más propiciamente a aquel sector del público más hipersensibilizado por los horrores de la guerra.
De este modo se cuentan, por ejemplo, con la saga de películas de la perra Lassie, Lassie Come Home (1943), de Fred Wilcox o Son of Lassie (1945), de Sylvan Simon; o la caterva de películas insoportables de niños estrella, al estilo Shirley Temple.
También los musicales de sentimiento patriótico o las comedias de Bob Hope.
También se encuentran muy buenas obras, en este sentido y de esta época, como The Canterville Ghost (1944), de Jules Dassin, o The Jungle Book (1942), de Zoltan Korda.

 

“Casablanca”, el gran clásico

 

De 1942 y dirigida por Michael Curtiz, el argumento no deja de estar al servicio de la propaganda pro-bélica, característica de la época, pero el producto no dejaría de convertirse en un clásico, debido a la alta calidad estrictamente cinematográfica, en lo que refiere a ambientación, decorados, elenco acertado, y un tema musical central inolvidable.

 

Las películas más taquilleras durante la Segunda Guerra

 

  • Bambi (1942), de Walt Disney (18.735.000 dólares)
  • Fantasia (1940), de Walt Disney (15.500.000)
  • Pinocho (1940), de Walt Disney (13.000.000)
  • Song of the South (1946), de Harve Foster (12.800.000)
  • Cinderella (1949), de Walt Disney (12.450.000)

 

Los medios masivos como formadores de opinión y tendencias

 

Los acuerdos y desacuerdos mantenidos entre las grandes productoras y el gobierno estadounidense, en el caso en que describe este artículo, son otra muestra de la función propagandista de los grandes medios de difusión, como en este caso puede ser el cine, formadores de opinión pública y tendencia de pensamientos y sentimientos, ante particulares necesidades institucionales.

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