'Gricel' (2012), de Jorge Leandro Colás



Historia de una obsesión, la del poeta del tango José María Contursi hacia su musa, Susana Gricel Viganó, también la del protagonista/conductor de esta película (que en realidad se trata de un documental, con una breve ficción que enhebra el pretexto), sin duda también la del director, Jorge Colás, cuyo protagonista será su alter-ego.
También es mi obsesión. Hace más de diez años ya llevo escrita “la versión definitiva” de una novela acerca de esta historia, que sin embargo nunca termino de darle la puntada final, la última pasada en limpio. Siempre parece haber algo que falta en la historia de Gricel, y no sé qué es.
Mi primer contacto con esta historia fue en 1997 o 1998, cuando en la revista dominical de un diario de Buenos Aires salió una nota hablando de ella, recuerdo que con una profusa presentación de fotos, muchas de las cuales no he vuelto a ver; ni las encuentro en Internet ni se presentan en esta película. Y yo perdí las páginas arrancadas de aquella revista.

A mediados de los años ’30, el poeta José María Contursi –hijo del otro consagrado poeta del tango, Pascual Contursi– seguía los pasos de éste en la que todavía era una incipiente pero ascendente carrera, cuando le es presentada Gricel, la que sería musa inspiradora de uno de sus más famosos tangos, el que lleva el nombre de ella. Por entonces ella no debía tener más de 20 años de edad, posiblemente tuviera varios menos, y según se dice en la película él ya estaba casado y tenía al menos al primero de sus dos hijos, algo que a mí no me queda claro. Sí que el hombre era un mujeriego, como se desliza en la película, pero no estoy seguro de que tuviera un compromiso al momento de conocerse con Gricel.
Total que se enamoran, sea porque él estuviera en una situación comprometida, sea por una marcada diferencia de edad entre ambos o por cualquier otro tipo de prejuicio, la relación no prospera. Ella se hallaba de vacaciones en Buenos Aires –residiendo en Capilla del Monte, Córdoba– en el momento de conocerse.
Total también que de cualquier modo no parecen resignarse. Él viaja en un par de oportunidades a Córdoba, a visitarla, el contacto se extiende; existen una serie de cartas personales, escuetas, frías, distantes, donde de cualquier manera se manifiesta un tanto reprimida la pulsión del amor inevitable, ingobernable, cartas de las que Colás da cuenta a lo largo de su película.
Contursi era un hombre tortuoso, torturado, perseguido por el fantasma de la locura que condujo a su padre al manicomio, entregado a sus bajas pasiones, el juego, el alcohol y las mujeres, que van haciendo estragos con su salud, mental y física.
En algún momento de su vida, Gricel se casa, con un hombre de quien no se tienen demasiadas noticias, y tiene una hija.
En 1962, Contursi enviuda y entra en un penoso estado de depresión. Ya separada de su esposo, Gricel se entera y va a visitarle. Ya no se separan. Al principio se muda a Buenos Aires con su hija, pero ante el paulatino deterioro de la salud del poeta, decide llevárselo a Córdoba, donde finalmente fallecerá en 1972, presa de delirium tremens. Aún, pudieron llegar a casarse, no habiendo ley de divorcio, bajo una forma que se llamó “boda de consciencia”. Gricel falleció el 25 de julio de 1994.


En la película de Colás, Manuel (el actor y cantante lírico Pablo Basualdo) desea realizar una ópera contando esta historia, por lo que se lanza a una investigación de la vida de sus protagonistas, que lo lleva a recorrer lugares y a entrevistar a testigos de esas vidas, todo lo cual dará pretexto al documental.
Entre los lugares se ve la hostería que supieron administrar los padres de Gricel, donde ella también trabajó, en la gasolinera que por entonces se encontraba adjunta, en Capilla del Monte, y la propia casa de la mujer, la de sus últimos años.
Entre los testimonios destacan los del músico de tango, Osvaldo Fresedo, el de la propia hija de Contursi, y el de la nieta de Gricel. Todos los demás no parecen aportar mucho más que el propio asombro de haberlos conocido.
Se extraña la falta del testimonio de Mariano Mores, el propio musicalizador de aquellos versos del tango Gricel, que sin embargo es mostrado en imágenes.
También falta el testimonio de la cantante de tangos Nelly Omar (que creo sigue viva), que fue amiga de la infancia de Gricel, y quien la presentó aquella vez al poeta Contursi.

Seguramente, el testimonio más conmovedor resulta ser el de “la última Gricel”, la nieta de la primera, que a la hora de ser filmada no parece pasar los veinte años de edad, heredera de una belleza única…

Pero no me parece haya sido su singular belleza, la que le llevara a lograr varios certámenes de lo mismo, lo más cautivante de Gricel.
Hay fotos, hubo fotos al menos, de Gricel calzada en su mameluco, sentada sobre el guardabarros de un camión, en aquella gasolinera de su padre, en Córdoba, de hasta mediados de los años ’30, y había un algo atemporal en su mirada, en su gesto, como de chica que trasciende todos los tiempos, todas las épocas, que la vuelve arquetipo de algo. Hay una melancolía y un misterio en Gricel, que tan bien Colás sabe trasladar a la atmósfera general de su película. No sé, es lo que a mí me obsesiona de esa mujer, a la que no me sorprendería advertir en medio de la ciudad, en cualquier calle, cualquier tarde de estas. Porque Gricel es ese tipo de mujer, que a la vez es todas las mujeres, al menos algunas, las mejores.



Ficha técnica

Guión y dirección
Jorge Leandro Colás
Producción Ejecutiva
Marcelo Céspedes
Directora de Producción
Carolina M. Fernández
Jefa de Producción
Paola Pernicone
Directora de Investigación
Cristina Marrón Mantiñán
Dirección de Fotografía
Leonel Pazos Scioli
Dirección de Arte
Santiago Ligier
Música
Julián Larralde
Montaje
Jose del Peón
Asistente de Montaje
Salvador Savaresse
Sonido Directo
Pablo Demarco
Postproducción de Sonido
Lucas Meyer
Producida por
MC Producciones SRL
Encargada de Distribución y Ventas
Michelle Jacques Toriglia

Argentina, 2012 - 67 minutos

Elenco
Pablo Basualdo (Manuel)
Paula Bresci (Ana)
Soledad de la Rosa (Cantante Lírica)
Josefina Rozenwasser (Cantante “Gricel”)
Juan Villarreal (Cantante “Cristal”)
Carlos Morel (Cantante “Cosas Olvidadas”)

Más información sobre esta película, en el muro de la misma, en Facebook.

Comentarios

  1. No parece un documental muy acabado, las carencias que señalas le lastiman... Desde luego tu crítica no invita a buscar la película con afán, denodadamente, en cambio, tu novela sí invita a saber más de esa criatura cautivante; he tenido la inmensa suerte de leer hace tiempo tu manuscrito, una obra muy singular que me hizo conocer al personaje con un marco histórico al que este filme no da relieve. Tu novela combina el testimonio con la ficción creando una atmósfera poética que recuerda el mejor cine argentino de los 40-50.

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